Bag in Box. Más que una simple caja de vino.

En los últimos años, las innovaciones en lo que respecta a la industria de los alimentos y las bebidas han sido muchas. Las “grandes mentes” tratan día a día de lograr avances que nos permitan hacer un uso más cómodo de los productos, maximizando el cuidado de la calidad de cada uno de ellos.

El mundo del vino no se ha mantenido ajeno a esta carrera sin fin, tratando de lograr satisfacer a un consumidor cada vez más exigente. Así nació en el mundo el denominado “Bag in Box”. Si bien su imagen puede confundirse con un “tetra brick”, el Bag in Box no es tal. Este sistema original se ha transformado en un “contenedor” de vino muy utilizado en el mundo para los vinos que se denominan “jóvenes”.

La gran popularidad del Bag in Box en el mundo se ha logrado gracias a algunas de sus virtudes. La primera y fundamental es la relación precio-calidad de los vinos envasados con este sistema. Los bajos costos de transporte y packaging, logran que vinos de excelente calidad puedan ser vendidos a precios muy convenientes, gracias a la reducción de costos. Además el consumidor puede conservar el vino hasta seis semanas una vez abierto, algo imposible de lograr con las botellas de vidrio o el vino en cartón.

Al ser de un material totalmente reciclable, el Bag in Box ha ganado adeptos en un mundo que comienza a preocuparse por el tema de la ecología.

Claro está que este sistema ha tenido sus detractores. Quienes son defensores de lo “clásico”, aquellos reticentes a las nuevas tendencias, han encontrado en el parecido con el “vino en cartón” o “tetra brick” la excusa para darle la espalda. Sin embargo el Bag in Box va ganando terreno.

El bag in box consiste en una caja de cartón con un dosificador y una bolsa de plástico que contiene un líquido al vacío. De esta forma se permite conservar el producto con todas las cualidades que tenía en el momento del envasado. Además, a medida que se vacía, la bolsa se contrae aislando el producto del aire y la luz. La bolsa plástica está formada por una bolsa interior de polietileno (material flexible que le confiere la propiedad de contraerse) y una bolsa exterior multicapa que le da distintas propiedades: resistencia a golpes, resistencias térmicas para el transporte. Los grifos o picos de estos envases son unas válvulas totalmente herméticas, que se adaptan al tipo de producto a envasar y al modo de vaciado. La caja es de cartón y permite proteger la bolsa, dándole forma al líquido. Está confeccionada con cartón ondulado que le permite ser fuerte, ligera y estable. Esta troquelada a la altura del pico y el consumidor sólo debe cortar ese sector para dejarlo al descubierto y poder tomar el vino. La capacidad de los Bag in Box varía entre 1 litro y 5 litros.

Los invito a que prueben esta experiencia única. Déjense llevar por un instante, dejando de lado los prejuicios, y lleven un Bag in Box a su mesa. Sin duda alguna va a sorprender al resto de las personas, por la originalidad y por el tiempo que su vino se mantendrá “a salvo”.

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Bruno Zani

Sommelier y periodista especializado en el mundo del vino.

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